viernes, 4 de marzo de 2016

La Sexta, hija del 15M pero no madre de Pablo Iglesias



El punto de inflexión en la historia de La Sexta fue el 15M, según César González Antón, director de informativos de esta cadena que, en ese momento histórico, supo conectar con una opinión pública que en su mayoría simpatizaba con las protestas que se vivieron en la madrileña Puerta del Sol. Fenómenos televisivos como El Intermedio o Jordi Évole ofrecieron entonces otro tipo de televisión, más pendiente del pulso de la calle, más libre y, quizas, gamberra.



La capacidad de la cadena para producir contenidos “memorables”, sintonizando con la sensibilidad de la mayor parte de una audiencia desconectada de la opinión publicada, fue el comienzo de una etapa de crecimiento que dura hasta hoy. Ana Pastor, La Sexta Columna, Al Rojo Vivo, el Gran Wyoming, el citado Évole, García Ferreras, Mamen Mendizábal o La Sexta Noche, son espacios y caras ya esenciales en las pantallas de los españoles.

Una evolución que ha llevado a los informativos de la cadena del 0,6% de audiencia en su primer año, al liderazgo en las últimas cinco elecciones celebradas en España. Un periodo en el que su equipo se ha multiplicado por cinco y ha pasado de dosificar el papel higiénico para ahorrar costes a posicionarse como ”una televisión que explica la realidad, que mira a los ojos a su audiencia como si estuvieran sentados frente a frente en un bar”, tal como explica César González Antón.

Por el camino confluyeron otros factores que explican este éxito, como el desmantelamiento de los ejemplares informativos de la Televisión Pública dirigidos por Fran Llorente, que provocó un flujo de espectadores de esa cadena hacia La Sexta, buscando información sobre una realidad brutal y, a veces, silenciada.


Pero el gran hito para esta cadena fue su adquisición por parte de Atresmedia, que respetó su libertad y puso más medios a disposición de unos jóvenes profesionales acostumbrados a hacer de la necesidad virtud y a tirar de talento cuando no disponían de presupuesto. 

Ese tertuliano de Intereconomía

Si bien el primer paso de esta senda de éxito se encuentra en el 15M, González Antón rechaza las acusaciones que señalan a la cadena como principal impulsora de sus herederos políticos: Podemos y Pablo Iglesias. “Eso es llamar idiotas a los españoles”, afirma el periodista.

Si de algo fue culpable esta cadena, según las palabras de su ejecutivo, es de haber tenido el olfato para captar que ese tertuliano de Intereconomía podía reflejar eficazmente la sensibilidad de buena parte de la audiencia.

De hecho, su primera aparición en la cadena tuvo un impacto tremendo que se confirmó cuando, durante los debates celebrados con motivo de las elecciones europeas, el que contaba con la participación de grupos extraparlamentarios como Podemos duplicó la audiencia del que se dedicó a los partidos mayoritarios. 

La noche electoral, los resultados llegaron a la sede del partido de Pablo Iglesias y las únicas cámaras que se encontraban allí, en un primer momento, eran las de La Sexta.


Gonzalez Antón recuerda, en un nuevo Encuentro Evoca, que los políticos que más han aparecido en la cadena son Antonio Miguel Carmona, del PSOE, y Alberto Garzón, de IU. También que los tres peores momentos de Pablo Iglesias en la televisión fueron frente a Ana Pastor, en la edición de La Sexta Noche donde tuvo que responder a una avalancha de preguntas sobre el “caso Monedero” y en el debate con Albert Rivera, organizado por Jordi Évole.  

La televisión y sus nuevos retos 

De cara al futuro de La Sexta y, en general, de la televisión convencional, González Antón señala los interrogantes planteados por el papel de los grandes gigantes de la red como plataformas de difusión de contenidos audiovisuales, la irrupción de los operadores de telecomunicaciones en este mercado incluyendo los canales como una parte más de su oferta, la atomización de las audiencias o la pérdida de fuerza de la parrilla frente a los menús de las Smart Tvs. 

Concluye Gonzalez Antón, que el tratamiento informativo de los acontecimientos en directo, la capacidad empática de sus profesionales o la referencia temporal que, para la audiencia, suponen los espacios informativos del día, son algunas de las fortalezas de la televisión ante los retos que plantea el futuro.