viernes, 4 de marzo de 2016

El último que cierre la puerta: El Pais abandona el papel



"Asumimos el compromiso de seguir publicando una edición impresa de El Pais de la mayor calidad durante todo el tiempo que sea posible". Con esta frase de una carta abierta a la redacción de El Pais, su director empieza a dar por cerrada una larga etapa del periodismo español que ya sí, de forma inequívoca, da por agotado el modelo de negocio basado en el papel. 
"El trasvase de lectores del papel al digital es constante. Se puede dar ya por hecho que el hábito de la compra del periódico en el quiosco ha quedado reducido a una minoría. La mayoría de las personas, fundamentalmente los más jóvenes, buscan la información en otros soportes y la consumen de forma diferente", afirma Caño.
Es cierto que el anuncio del director de El Pais no es original y que sigue los pasos marcados por competidores como El Mundo  o por medios que nacieron en internet, como El Confidencial. Sin embargo, el carácter totémico de esta cabecera puede originar un efecto dominó  en el sector cuyas consecuencias hoy se antojan imprevisibles.

Como el propio Caño afirma en su carta, el abandono del viejo modelo periodístico se hará de forma gradual, pues el papel sigue representando el grueso de los ingresos publicitarios de los periódicos. 

Pero parece que el grupo PRISA apuesta por la tendencia creciente en los ingresos digitales que mostró en sus últimos resultados anuales.


Los costes asociados a la edición y difusión del papel son tan grandes y la curva de ventas se desploma de forma tan pronunciada que parece obligado pensar en lo que vendrá -en realidad ya vino- y dejar de lamentarse por la leche derramada sobre un soporte cada día más intrascendente para los lectores.
En solo seis años, la difusión de prensa en España ha pasado de estar por encima de los 4 millones de ejemplares a menos de 2,5 millones, según datos de AEDE.

Las incógnitas que se abren para El País son muchas y comunes a todo el sector, tal como señala el propio Caño en su carta: "la masiva transferencia de lectores de la web a los teléfonos móviles, así como la aparición de nuevos dispositivos portátiles y de amenazas recientes como los bloqueadores de publicidad, junto a otras más conocidas como la instalación de la cultura de la gratuidad, hacen muy complejo también el horizonte en el terreno de los nuevos medios". 

Está por ver también como el periodismo digital consigue atraer inversión en un entorno en el que se enfrenta a los grandes gigantes de Internet. Jeff Jarvis afirma que es una locura que el periodismo piense en ignorar a Google y Facebook y no le falta razón pues, por lo que se ve, estos gigantes son hoy el gran problema de los medios de información pero, al mismo tiempo, quizás sean la única solución a sus problemas.
Por otro lado, medios internacionales de prestigio ofrecen una información que, por mor de esta sociedad globalizada, cada vez reviste mayor interés local y compite de igual a igual en muchos ámbitos con los medios nacionales. Veáse el ejemplo de la recién estrenada edición en castellano del New York Times o la apuesta de El Pais por América.

Otros retos de la profesión periodística figuran en el reciente informe elaborado por el Departamento de Comunicación de Gas Natural Fenosa y el estudio CERES, al que podéis acceder haciendo click en esta imagen:

http://www.apie.es/wp-content/uploads/2016/03/Presentaci%C3%B3n-Estudio-Periodistas-2015.pdf
En fin, son tiempos de cambio en los que, más allá de las tecnologías de difusión elegidas, los contenidos seguirán siendo la clave. Y es responsabilidad de la audiencia apoyar los que ofrezcan mayor número de claves para poder entender el confuso mundo que nos ha tocado vivir. 
Queda claro ya que el futuro no es digital: es el presente lo que es digital...y el futuro ¿quién sabe lo que será?