Así recibió el presidente Obama a la enfermera norteamericana Nina Pahm, curada de ébola, borrando con un abrazo la posible estigmatización social a la que se puede enfrentar la paciente, una vez fuera del hospital.

Y así lo hizo también Anthony Fauci, que es director del Instituto Nacional de Centro de Enfermedades infecciosas
Los dos siguieron el protocolo de abrazos de Médicos Sin Fronteras, que explica Julia García-Gozalbes, española en el epicentro de la enfermedad: "El regreso a la comunidad es una de las partes más difíciles del
proceso. Para minimizarlo, cada vez que se da de alta a un enfermo se
avisa primero a su entorno de que va a regresar; nosotros le acompañamos
y, una vez allí, le abrazamos y besamos, cantamos, hacemos todo lo
necesario para hacer ver al resto de sus vecinos que no hay ningún
riesgo de contagio. Aun así, algunos lo pasan realmente mal".
Teresa Romero, felizmente curada de esta enfermedad, saldrá pronto del hospital y necesitará muchos abrazos para superar definitivamente la terrible experiencia, por desgracia no solo causada por el virus. Aquí tiene mis brazos abiertos.