En este país, tan maltratado por la crisis y con buena parte de su población gestionando una economía de supervivencia, cuando no condenada a la pobreza, cada nuevo lanzamiento de Apple acapara buena parte de la atención informativa del día.
Entienden los medios que estos productos interesan a los compradores de periódicos, navegantes de internet, oyentes de radio y telespectadores y por eso les hacen holgado sitio en sus portadas y titulares, a pesar de que la cuota de mercado de la compañía californiana en nuestro país sea del 6,2%.
Y seguro que los medios aciertan tal como parecen demostrar las listas de las noticias más leídas del día o los #TT. No en vano, España es líder en penetración de smartphones con un 82%, superando la media europea y el asunto genera interés. También por la extraordinaria dimensión de la compañía, que trasciende lo económico y se extiende a lo social y cultural.
Pero a veces me asaltan dudas y me pregunto si cada nuevo dispositivo de Apple merece tanta atención informativa (que no es publicitaria). O si, en ocasiones así, internet no está "contaminando" en exceso a los medios tradicionales, sobre todo a los periódicos de papel, dándome la impresión de que éstos confían poco en su versión online y replican contenidos sin segmentarlos. Y se me emborronan las fronteras entre el periodismo supuestamente canónico y el de marca, tan vilipendiado. Y pienso en la brecha creciente entre ricos y pobres. Y...
En fin, dudas absurdas en un mundo en el que los supuestos lujos se tornan necesarios y asequibles y las necesidades más básicas se van convirtiendo en lujos. Perdón por compartirlas.