Paloma Alarcó, comisaria de la exposición "Los mitos del Pop", organizada por el Museo Thyssen-Bornemisza, explica que "los mitos de la vida diaria que tanto interesaban al Pop, poseían una doble cara: por un lado, un optimismo constructivo derivado de la nueva fe en el progreso, y por otro, un síndrome de decadencia y temor al desastre".
Me parece que ese sentimiento del Pop es muy de nuestros días y halla su símbolo perfecto en la pantalla táctil de nuestro smartphone o tablet. Una pantalla que es a la vez ventana y muro de contención de una realidad demasiado hiriente como para ser contemplada cara a cara. Mejor si la pasamos por un filtro de rutilantes colores (filtro que filtramos con filtros fotográficos) y apenas unas pulgadas.

En fin, no sé, yo quería escribir algo alegre inspirado por la amabilidad de Paloma Alarcó y por lo mucho que me ha gustado la exposición, y también agradecer la simpatía y profesionalidad del equipo de comunicación del Museo..pero me sale esto.
Y es que, más allá del indudable interés de las obras, es por su conexión con nuestro día a día por lo que os recomiendo la visita a esta exposición. Hay luminosos cuadros que os sobrecogeran como la más negra de las pinturas negras de Goya.
Creaciones que retratan con precisión de cirujano el tiempo que tocó vivir a sus autores, el tiempo que nos toca vivir a nosotros. Una época en la que ya no quedan mitos, ni siquiera mitos Pop.
O, por lo menos, eso me parece a mí que sé muy poco de arte.