Participé como
ponente en la mesa “Nuevos
caminos para el periodismo”, junto a ilustres compañeros, con la esperanza
de aportar algo de optimismo a los estudiantes en lo que respecta a sus
expectativas laborales.
Como ya he comentado en alguna otra ocasión, creo que el llamado “periodismo de marca” ofrece alguna oportunidad en este sentido y de ello hablé, no sé si con fortuna. Mi sensación general sobre este asunto, y aunque suene algo grosero, es que es algo así como el “tercer polvo” de la comunicación: todo el mundo habla de él y nadie –bueno, unos pocos privilegiados- lo echa. Pero llegará el momento en el que el futuro deje de ser apenas un confortable refugio donde hallar cobijo ante las embestidas del hosco presente.
Hablando de sexo y comunicación, acompaña
a estas líneas una fotografía tomada a las puertas del salón universitario donde se celebró el encuentro. Me gustó porque tiene bastante que ver con el nombre de este blog y,
quizás, con el objeto de la charla. En sentido metafórico, claro.
El caso es que, el mismo día, me encontré en el buzón con el libro Optimismo para periodistas,
escrito por Miquel
Pellicer y Marta Franco. El texto, según explican los autores, “aporta claves para entender los nuevos medios
de comunicación en la era digital, en el que demostramos que otro periodismo no
es solo posible, sino que además de necesario se presenta alentador”. Doy fe de
que este objetivo se cumple con creces en sus páginas y desde aquí doy las
gracias a Miquel y Marta por ofrecer algo de luz en una cuestión –la del futuro
del periodismo y los periodistas- que, a menudo, nos hace caer a todos en la
melancolía.
Se
trata de un libro corto, que va al grano, muy práctico y de fácil lectura que
yo me leí del tirón y que, creo, daba algunas valiosas respuestas a la cuestión
que se planteó en la mesa que me ocupó por la mañana.
De noche, al
cerrar "Optimismo para periodistas", también cerré el círculo de un día marcado por los caminos
que pueda tomar el Periodismo. Pero quizás no falten caminos, sino destinos.