Me preguntaron acerca de la mejor
opción para cursar estudios de Periodismo en Madrid y, para completar lo que me
dictaban mi experiencia y las opiniones recabadas entre de profesores de distintas universidades, trasladé la pregunta a
Twitter. Como me esperaba, la conversación derivó hacia la necesidad de
estudiar esta carrera, con independencia del centro en el que se haga. Algunos
comentarios recibidos los podéis ver aquí.
Tal como yo lo veo, me parece muy oportuna la
existencia de estudios que sirvan para entender las raíces y evolución de una
actividad profesional clave para entender una sociedad marcada en nuestros días
por la sobreabundancia de información. Y eso con independencia de que estos
estudios sirvan o no para ejercer el oficio, pero es que ese factor no me
parece que deba ser el único a tener en cuenta a la hora de decidirse a cursar
o no una carrera universitaria, a pesar del discurso dominante en nuestras
autoridades educativas.
Y, si en algún momento me asalta la duda
sobre la pertinencia de estudiar Periodismo, miro a mi alrededor y me quedo con
el entusiasmo por la profesión que desprenden jóvenes periodistas como Rebeca Arroyo (sirva su nombre como símbolo de tantos otros, algunos de ellos aparecen en el Storify que ilustra esta entrada), redactora de la agencia
Europa Press.
Rebeca tiene en sus ojos el brillo de la curiosidad periodística que se ejercita –o debería ejercitarse- en la carrera universitaria, el orgullo de pertenencia a la “tribu” que surge del contacto con otros estudiantes con los que se comparten experiencias académicas y vitales y, también, el idealismo al que uno se agarra para dar sentido a tantas horas de estudio dentro y fuera de las aulas.
Rebeca tiene en sus ojos el brillo de la curiosidad periodística que se ejercita –o debería ejercitarse- en la carrera universitaria, el orgullo de pertenencia a la “tribu” que surge del contacto con otros estudiantes con los que se comparten experiencias académicas y vitales y, también, el idealismo al que uno se agarra para dar sentido a tantas horas de estudio dentro y fuera de las aulas.
Puede que estas características –que considero
básicas en esta profesión, junto a otras como la capacidad de emprendimiento,
el espíritu innovador o la competencia tecnológica- no sean exclusivas de los
que cuentan con esta titulación pero, ante la duda y puede que por pura
nostalgia, sigo creyendo en la necesidad de dedicar unos años a estudiar
Periodismo.
Por cierto, no tengo ni idea dónde guardé mi título,
se perdería en alguna mudanza.