lunes, 27 de enero de 2014

¿Todas las notas de prensa dicen gilipolleces?


En una entrevista a El Confidencial, el directivo Pedro Serrahima, deslizó esta perla: "todas las notas de prensa dicen gilipolleces". Raudo y veloz compartí en twitter mi malestar por esta frase que ponía en solfa buena parte de mi actividad profesional en los últimos 20 años. He de decir que el interpelado admitió, con similar celeridad, su posible desliz.

Sin embargo, mi irritación inicial dio paso a la reflexión sobre la percepción que, del oficio de comunicador, se tiene entre los máximos responsables de las empresas españolas. Porque puede que en las palabras de Serrahima, posteriormente matizadas, haya algo de razón.

De hecho, el propio Presidente de DIRCOM, José Manuel Velasco, ironizó recientemente sobre el hecho de que si lo empresarios entendieran adecuadamente la comunicación “ no haría falta nuestra Asociación”. Dijo esto después de reivindicar, de nuevo, que los dircom deben aspirar a estar en los consejos de administración, empeño que debería ser posterior al de realizar adecuadamente su trabajo.

Un trabajo que, quizás con más frecuencia de la debida, se limita a decidir sobre el envío indiscriminado de notas de prensa salpicadas con tics publicitarios en forma de titulares sobre empresas “líderes” -¿hay alguna que no lo sea?- o adjetivos como “insuperable”, “extraordinario”, “revolucionario”, etc. Por concretar: el tipo de notas de prensa que pasa a engrosar el 90% de las que van a la papelera de los periodistas.  

Porque, apremiados por el clipping que sigue determinando el valor de su trabajo, los comunicadores -dircoms o no- seguimos dedicando más tiempo a lo táctico que a lo estratégico, a lo urgente que a lo importante. Y así no es de extrañar que el primer impulso de un directivo pueda ser prescindir de la comunicación, poner en duda su utilidad o calificar como “gilipollez” alguna de sus más básicas, y sin embargo útiles, herramientas.

Y es labor de los comunicadores sacarle de su error…si podemos.