A falta de conocer más detalles
sobre la instalación del complejo Eurovegas en Madrid, la autoridades asumen
que habrá
beneficios fiscales y
tributarios y quizás otro tipo de concesiones relacionadas con la ley
antitabaco, la normativa laboral o la presencia de menores en zonas de juego.
Todo ello para asegurar
la instalación en España de un complejo que pretende atraer a unos 11
millones de turistas en 15 años que gastarían unos 15.500 millones de euros. El
proyecto tendría, en principio, 12 complejos vacacionales, con 3.000
habitaciones hoteleras cada una.
Los antecedentes
de Las Vegas Sands y de su multimillonario propietario, así como el
oscurantismo de todo lo relacionado con este macrocasino han hecho saltar las
alarmas de buena parte de la ciudadanía.
Desde las filas de los defensores de este macrocomplejo, sin embargo, responden
a cualquier oposición apelando al empleo
que supuestamente generará una iniciativa en cuya descripción es inevitable
el uso frecuente del modo verbal condicional.
Pero parece
que no hay otro modelo de crecimiento económico y de generación
de empleo o, por lo menos, no parece que algunos de nuestros más señalados
representantes políticos sean capaces de dar con él...Sin embargo, no hay
que mirar muy lejos para detectar
opciones consolidadas de crecimiento económico. Alternativas que ya ofrecen
resultados positivos en creación de empleo y favorecen una economía productiva
y de alto valor para la construcción del futuro del país.
Me centraré en el sector de las telecomunicaciones por su
capacidad de constituirse en motor de arrastre de otros entornos de producción
y su contribución al aumento de la productividad y el control de costes en las
empresas, factores de especial relevancia en la actual situación económica.
Según datos presentados
en el XXVI
Encuentro del sector, celebrado este mes en Santander, las
telecomunicaciones contribuyen de forma decisiva a la economía española, con
una aportación directa al PIB del 3,7%. El
Ministerio de Industria prevé que será el segundo sector que más contribuirá al PIB en
los siguientes 15 años.
Pero el impacto
indirecto de las telecomunicaciones va mucho más allá, produciendo importantes ganancias de productividad
y crecimiento. Gracias al esfuerzo
inversor, el sector emplea a 70.000 personas de modo directo, 800.000
personas de modo indirecto, y miles de empleados inducidos. Recientemente
se han producido nuevos ejemplos de creación de empleo, como éste
o éste.
A pesar de la difícil coyuntura,
el sector de las telecomunicaciones en España ha mantenido un importante
esfuerzo inversor en los últimos años, como destaca la patronal Redtel. Por ejemplo, en 2010, mientras que en otros
países se redujo la inversión, en España ésta aumentó casi un 5% llegando a los
casi 5.000 millones de euros. A esta cantidad, habría que añadir los 2.000
millones de euros adicionales invertidos en los concursos y subastas de frecuencias
que se llevaron a cabo en 2011.
Sólo para alcanzar los objetivos de la Agenda
Digital Europea serán necesarios desembolsos por
valor de 23.000 millones de euros, que llevará a cabo el sector privado.
Y esto es
así a pesar de que:
• La suma de los ingresos de todos los
operadores que compiten en España lleva cayendo 5 años, con una caída
acumulada desde 2007 de más del 12% de los ingresos
• En este mismo periodo, el índice de precios de
telecomunicaciones ha acumulado un descenso de 25 puntos porcentuales con
respecto al IPC general.
• La creciente presión fiscal: 300 millones de
euros para financiar a la RTVE, 370 millones por la tasa del espectro, la tasa de
aprovechamiento del dominio público local, más el IAE y otros tributos locales,
etc…
• El sector de las telecomunicaciones en España resulta ser
el más gravado por cargas tributarias específicas respecto a los
principales países de nuestro entorno.
Todas estas cargas suponen cerca de un
5% del importe de la cifra de negocios, cifra que se suma a la tributación por
beneficios, también entre las más elevadas.
Años
lleva este sector reclamando que se despejen las incertidumbres regulatorias y
disminuya la presión fiscal a la que está sometido de tal forma que se
permita incentivar la inversión y la innovación. Años esperando una respuesta
que, por arte de birlibirloque, los políticos se aprestan a ofrecer a una
empresa cuya apuesta por el futuro va poco más allá de las fichas que se lanzan
sobre un tapete verde y cuya contribución real a la economía del país hoy es sólo
un futurible.
Se compartan o no las reclamaciones de las empresas de telecomunicaciones, es sorprendente el tiempo de respuesta y la naturaleza de la misma en uno y otro caso.
Se compartan o no las reclamaciones de las empresas de telecomunicaciones, es sorprendente el tiempo de respuesta y la naturaleza de la misma en uno y otro caso.
En mi
opinión, una nación que deja su futuro en manos del azar tiene muchas
posibilidades de perder la partida. Y más allá de eso, una España que asuma el
mensaje derrotista que ayer mismo lanzaba en twitter un escritor español de éxito y Académico
de la Lengua, es un país que quizás se merezca lo que le pase.