domingo, 24 de junio de 2012

Lehman Brothers y la colombofilia o de cómo la crisis abre nuevas oportunidades a los comunicadores

El que esto escribe se dedica a la comunicación desde la época en que se mandaban las notas de prensa por fax, copia a copia (los faxes programables con múltiples destinos eran un lujo aún), y se desconocía el resultado de cada acción hasta que no amanecía un nuevo día.

Recuerdo que, a la mañana siguiente del lanzamiento de un comunicado, me levantaba temprano para adelantarme al director de una oficina bancaria con el que competía por el único ejemplar de Expansión que vendía el quiosco de mi barrio. Con el corazón en un puño, abría las páginas salmón del diario tratando de hallar ese breve que justificaba unos honorarios siempre escasos.

“Oiga usted, mire si le salimos rentables que si tradujera a espacio publicitario la superficie ocupada en papel por esta información su gasto total hubiera sido de…”. Este argumento se podía hacer todo lo complejo que se quisiera hasta llegar al punto de sumar, no ya las informaciones completas dedicadas a una empresa, sino las menciones a ella dentro de una información global del sector. O sea, que si el artículo ocupaba un área de x centímetros y la mención a la marca del cliente x/150, la cantidad a sumar era…Puf, ¿qué lío, no?.

Y luego llegó internet y la dificultad para medir se hizo aún mayor: ¿asignamos a cada información el valor de un banner?, ¿es lo mismo una información de agencia reproducida en una web que una noticia redactada originalmente por un medio?, ¿cuántas veces contabilizamos el teletipo de la agencia replicado en distintos soportes?.

El resto del artículo, lo podéis leer en el blog de Estudio de Comunicación que ha tenido la gentileza de ofrecerme colaborar como primera firma invitada.