miércoles, 30 de mayo de 2012

Un buen gobierno no comunica mal


Esta semana se presentó la XVI Edición del Anuario de la Comunicación de Dircom, la Asociación de Directivos de Comunicación, a cuya vocalía de Innovación y Nuevas Tecnologías me honra pertenecer. En este acto, la Secretaria de Estado de Comunicación del Gobierno, Carmen Martínez de Castro, afirmó algo así como: “somos un buen gobierno pero un mal comunicador”, según recoge en su blog Luisa Alcalde, Presidenta de Dircom de Castilla y León.

Cuando me llegó esta frase a través de Twitter me quedé muy sorprendido y, hasta cierto punto, decepcionado. Entiendo, por lo que he leído sobre el acto, que se trataba de un comentario lanzado a la ligera, una frase que algunos de los presentes han calificado como una broma. Pero, dejando a un lado que no me quedó claro qué parte de la oración era la jocosa, sí me parece que comentarios así no benefician a los comunicadores.

Imagínense por un momento a un juez diciendo “imparto bien justicia, pero me equivoco cuando dicto las sentencias”; o a un profesor afirmando “soy una eminencia en mi materia, pero no sé cómo explicársela a mis alumnos”; o a un comerciante que proclamara “soy gran vendedor, pero no tengo ni idea de cómo hacer atractiva mi mercancía”..Absurdo, ¿verdad? Pues algo así es lo que ha dicho nuestra Secretaria de Estado ante un foro formado por expertos comunicadores que celebraron con sonrisas la ocurrencia.

No quiero ser injusto porque yo no acudí al acto y quizás estoy sacando de contexto una anécdota intrascendente, pero esas palabras me parece que sirven para ilustrar la poca consideración que sigue teniendo la comunicación en nuestro país. Y eso a pesar de la gran labor realizada por Dircom en sus recién cumplidos 20 años de existencia.

Y, más allá de lo que afecta al prestigio de la profesión que me da de comer, me preocupa que, en un momento como éste en el que España se está jugando su futuro y tan importantes son las apariencias para construir una marca sólida de país, la máxima responsable de comunicación en el gobierno pueda considerar que su labor es ajena a la acción de gobernar. Aunque sea de manera inconsciente, siquiera por hilar un juego de palabras con el que ganarse a la audiencia.

No me imagino al Ministro Luis de Guindos diciendo algo así sobre sus responsabilidades ante, pongamos por ejemplo, sus homólogos en la Comisión Europea: “Tranquilos, el Gobierno español lo hace fenomenal, pero es que en economía no andamos muy versados” (risas en el auditorio).

José Manuel Velasco, Presidente de Dircom, escribía no hace mucho en su blogLa marca España requiere un liderazgo claro que impulse un plan compartido por todos los potenciales ejecutores… necesita un fuerte impulso de comunicación, tanto interna como externa”. No puedo estar más de acuerdo y, para ello, es preciso que la comunicación se considere elemento estratégico en la toma de decisiones del Gobierno, algo inherente a la acción de gobernar. Hoy más que nunca.

No sólo por la transparencia exigible a toda Administración, sino porque el propio hecho de comunicar -de comunicar bien, mejor dicho- trasladará una imagen de confianza en el país en un momento en el que, huelga decirlo, se necesita más que nunca. Así que, volviendo a la frase que ha motivado estas líneas y a riesgo de parecer huraño: Si el gobierno comunica mal es que es un mal gobierno.

Seguro que la señora Carmen Martínez de Castro enderezará el rumbo de una comunicación que, en un gesto de humildad, ella misma consideró mejorable.